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Hoy me levanté y escribí en mi cuaderno un hermoso plan para las cosas que quería hacer.

Un rato más tarde, cayeron visitas a casa.

Era la vida con sus urgencias y nos pusimos a charlar.

Ahora el cuaderno me parece cosa de ayer, aunque es de hoy.

De antemano sabía qué cosas me iban a plantear,

pero de igual manera me puse a escuchar.

Nunca cedo cuando la situación no me parece correcta,

pero sí escucho cuando veo conveniencia.

Mientras urgencias hablaba, confirmaba mi idea.

Uno niega lo que sabe hasta que la vida se lo recuerda.

Ahora me reté a un duelo

entre Manuel cansado, agotado y oscilante

y Manuel absorto, ingenuo e indiferente.

Todos saben quién tiene que ganar,

menos el que tiene que ganar.

Siempre de lo mismo se trata.

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